(México D.F) En la Plaza de la Constitución (conocida comúnmente como Zócalo), en el centro de la Ciudad de México, se está celebrando en estos momentos la Feria de las Culturas Amigas. El día de hoy, 22 de mayo de 2016, domingo, decidí visitar la Feria en compañía de mi esposa, que es de nacionalidad Indonesia, y, por supuesto, acudimos al local asignado a la República de Indonesia.
El Centro Histórico de la Ciudad de México, en domingo, con feria o sin feria, es siempre un lugar repleto de transeúntes y turistas. Los edificios coloniales hacen contraste con las danzas autóctonas y los colores variados de la gente local y los muchos extranjeros que nos visitan. Las familias mexicanas suelen ocupar este día para pasarlo juntos, y los turistas no pueden decir que visitaron México si no caminan sobre las losas de la plancha del Corazón de la República Mexicana.
En una estructura circular naciones de todo el mundo instalaron sus locales, donde exhiben todo tipo de productos típicos, desde muestras de comida, música, bebidas espirituosas y no espirituosas, ropa, esculturas…
Tras caminar con algo de lentitud entre la multitud y el calor de estas épocas, llegamos al espacio designado a Indonesia. Entre los productos originarios de ese maravilloso país había prendas Batik (la tradicional tela grabada a tinta y cera), kebayas (blusas femeninas con bordados y pedrería), aceites, cremas y esencias, así como bebidas de coco con jengibre y uno de mis platos favoritos: sateayam (brochetas de pollo con salsa de cacahuate), además de platicar con amigos y conocidos que allí se encontraban.
Debo confesarlo, La Feria, que estará hasta el día 5 de junio, ofrece demasiado para verlo en un solo día y, con tantos productos interesantes, de Asia, de América, de Medio Oriente, es justo y necesario que vuelva, yo creo que un día entre semana, para admirar todo con más calma. No dudo en sugerir, a aquellos que visiten la capital mexicana durante estos días, que se den una vuelta por el Zócalo, que acudan a la Feria de las Culturas Amigas. Terminarán el día cansados, pero, indudablemente, con una sonrisa en los labios. (Alejandro Martinez, directo de México)
