Según datos de la FAO de 2022, Indonesia es el segundo mayor productor de algas marinas en el mundo, después de China. Indonesia dominó el mercado mundial de algas marinas en 2021 con una participación del 12,3 % o un valor de 345 millones de dólares estadounidenses, según datos del Oficina Central de Estadística de Indonesia.
Los centros de producción de algas marinas de este año se encuentran en las 10 principales provincias: Sulawesi del Sur, Nusa Tenggara Oriental, Nusa Tenggara Occidental, Java Oriental, Sulawesi Central, Kalimantan del Norte, Sulawesi del Sudeste, Maluku, Sulawesi del Norte y Java Occidental. Mientras tanto, los centros de cultivo de algas marinas en 2022 están ubicados en 20 distritos.
Las algas marinas son una excelente fuente de proteína, fibra, hierro y otros nutrientes esenciales como la vitamina K y ácidos grasos de Omega-3 de cadena larga encontrados en mariscos.
Las algas marinas pueden ser usadas para enrollar los rollos de sushi o como botanas secas. ¡Pero se puede usar para muchos otros platillos nutritivos y deliciosos! La alga marina es un ingrediente excelente en salsa, sopas, ensaladas, vegetales en vinagres (como kimchis) y ensaladas de repollo. También puedes encontrarlas en pastas o usarlas como sazonador para añadir un sabor conocido como “umami” a papas y palomitas.
Puedes encontrar algas marinas en helados (Ayudan a prevenir que se formen cristales de hielo), cosméticos, farmacéuticos, fertilizante y alimento para animales.
Las algas marinas también se pueden usar como material de empaque biodegradable, una gran alternativa al plástico que contribuye a la contaminación de nuestros océanos.
Las algas marinas rojas se pueden usar como alimento para vacas. Esto puede ayudar a reducir las emisiones de metano. El metano es un gas de invernadero que contribuye al cambio climático.
El cultivo restaurativo de algas marinas, puede ayudar a renovar poblaciones y hábitats naturales. Las algas marinas son plantas y algas, y como las plantas en la tierra, necesitan dióxido de carbono para sobrevivir. Las granjas de algas marinas pueden absorber el exceso de dióxido de carbono en el océano, protegiendo animales marinos de caparazón de la acidificación del océano. Las granjas de algas marinas también pueden usarse como una herramienta para mejorar la calidad del agua en la que crecen absorbiendo fertilizantes de nitrógeno de aguas de escorrentía zonas urbanas y de agricultura.